En el canto XII de la Odisea Circe le advierte a Ulises de los peligros con los que habría de tropezar hasta llegar a Ítaca. Entre estos hay dos monstruos, Escila y Caribdis.
El aullido de Escila infunde pavor a los que atraviesan los escollos, tiene doce pies y seis largos cuellos coronados por otras tantas cabezas en las que tres filas de dientes auguran la muerte negra.
Caribdis absorbe el agua del mar y con ella a cuantos se atrevan a surcar los aledaños de su guarida.
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