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viernes, 24 de junio de 2011

Fichas Safari Club (XII) : El Escarabajo Azul.




Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Coleoptera
Familia: Scarabaideae.
Género: Melolonthidae.
Especie: Hoplia Coerules.


Los escarabajos azules son como gotitas del cielo. Son como vívidas florecillas de Coleridge: la demostración misma de la existencia del Paraiso. Admírenlos sin miedo, por favor:



Al final de este sensacional vídeo, su autor nos recuerda amenazante: Tous droits réservés.
Pero yo también creo que: "Todo es Artificial, puesto que la Naturaleza es el Arte de Dios" Sir Thomas Browne (1642). O sea, que si Dios cobrara derechos de autor, no podríamos ni pestañear siquiera.

Como habeis visto, los escarabajos azules son más bien pequeñitos y fuertes, todo lo solucionan a patada limpia. En el amor y en la guerra de los escarabajos azules todo vale, siempre que (como Dios les manda) usen adecuadamente sus patas traseras.

Su hábitat es más bien reducido: el sur de Francia y la zona Pirenaica. Cosa que, al ser tan pequeños, les da igual, porque estos escarabajos no conciben el mundo más allá de su ribera.

Sin embargo, uno de ellos emigró a los Estados Unidos de Norteamérica en busca de fortuna.



La primera aparición del Blue Beetle original, Dan Garrett, fue en Mystery Men Comics #1 (Agosto de 1939) de la editorial Fox Comics, creado por Charles Nicholas Wojtkowski (como Charles Nicholas) Se trataba de un policía novato que usaba equipo especial, como un chaleco antibalas, que tomaba una "vitamina" que le concedía superfuerza, y que contaba con la ayuda de un vecino farmacéutico para combatir el crimen. El personaje empezó en una serie de cómics, tiras de prensa y seriales de radio pero, al igual que muchos otros superheroes de la Edad de Oro, cayó en el olvido en la década de los 50. La serie de cómics vio una rara serie de anomalías en su publicación: 19 números, del #12 al #30, fueron publicados bajo el sello Holyoke Publishing; no hubo un número #43; la frecuencia de su publicación variaba constantemente, etc. (Wikipedia dixit. Te alabamos Oh, Wiki!)

O sea, un desastre de viejo y cutre cómic, que en su época hasta tendría sus fieles y contados seguidores, pero que cayó en el olvido. Un olvido de 16 años (Los olvidos no tienen por qué tener una cifra exacta de años soportados, pero considero que 16 años, que es múltiplo de 8, es un buen olvido. Aunque el olvido ideal debería ser una función matemática de límite infinitesimal) porque no sería hasta 1966 y viendo el éxito de Spiderman (que apareció en el 62), cuando lo resucitan. Otorgándole a sus superpoderes un origen digno y mitológico, siendo un fetiche de escarabajo pelotero del Antiguo Egipto la causa de su cambio metabólico. Su nuevo guión fue una idea bastante original, la típica historia de chico busca bicho, chico encuentra bicho o bicho encuentra a chico, bicho pica a chico, chico tiene fiebre, chico sufre importantes mutaciones por la picadura de bicho, chico viste extravagantemente como si fuese bicho, y el chico-bicho se pasea por la ciudad emprendiendo una especie de cruzada contra el mal y el crimen organizado.



Y lo han intentado resucitar varias veces, cambiando su historia, cambiando su diseño de vestuario, cambiando sus enemigos, etc. Pero ocurre siempre lo mismo: el hombre escarabajo no mola, y en cambio, el hombre araña sí. ¿Por qué? ¿Mala suerte? ¿Pésimo diseño de vestuario? ¿Superheroicidad malentendida?
Yo creo que se trata de su fatum particular, su destino es ése. El destino de Blue Beetle era ser mediocre. Ni los intentos en modernizar su imagen, ni asociarlo con el hombre murciélago, ni recolocarlo entre los hombres misteriosos, ni apuntarlo a la liga de los justicieros, ni hacerlo vecino del pueblo de Superman, ni nada de nada... porque todos estos desesperados intentos son vanos. Su destino, como el de los pueblos, los hombres, y los demás superhéroes, es también inflexible y de hierro.

A Blue Beetle le tocó en suerte el mercadillo de los Domingos en Chicago o en Philadelphia, para la superchería deleitosa del coleccionista y del friki, porque su negocio es de consumo minoritario. Todo el mundo sabe quién es Spiderman, pero pocos saben quién es Blue Beetle (¡Joder, confieso que ni yo mismo lo sabría, de no ser por los escarabajos azules de esta serie!). La gloria será para el hombre araña y el sabor de la derrota cotidiana para el hombre escarabajo, por mucho que sus fieles intenten buscarle un hueco donde pueda brillar con luz de luciérnaga propia.

Ahora Blue Beetle se ha convertido en una especie de pokémon azul y seguro que sus historias son auténticas paranoias. El título del cómic nº1 de su enésima resurrección es su propia sentencia vitae: From the pages of infinite crisis.



Prefiero los escarabajos azules de la ribera francesa, que brillan sin meterse en faena contra el mal, sin sed de justicia, sin afán de gloria, sin el orgullo vanidoso del superhéroe que necesita el reconocimiento de la masa.

El brillo de los escarabajos azules es el nítido reflejo añil de la indiferencia divina.

1 comentario:

  1. Recuerdo que las fichas Safari Club hablaban de bichos, lo que no recordaba es que trataran de la persistencia de las ideas -incluso las más intranscendentes- a lo largo del tiempo, del destino, del fracaso, de la probabilidad de un dios creador… Urge su inmediata reedición.

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